jueves, 15 de septiembre de 2011

MIRANDA!:"NOS GUSTA LA PERVERSION DEL POP"

Miranda! cumple con una de las leyes sagradas del pop: ser controversial. Cuando no es por su actitud deliberadamente hedonista y superficial, abraza tal calificativo por abrirse a oportunidades que a otros les causarían escozor. Por ejemplo, abrir para Ricky Martin con lo mínimo indispensable, además de un enorme telón blanco y las luces prendidas.

Miranda! llega a Magistral luego de portar estética sadomaso y sonido orgánico en Es imposible. “Aquel disco era más clásico y confesional, de alguna manera. Sin embargo, a éste lo escucho más rabioso; quizás sea porque a mí me gustan los synthes”, dispara Ale Sergi, quien de inmediato descarta que ahora hayan robustecido el carácter naif. “Lo naif está en toda nuestra discografía. Somos ingenuosos (sic) todo el tiempo”, añade.

“Como nos aproximamos al rock, en Es imposible queríamos una tapa tipo Queen. Nos imaginábamos en la portada de un vinilo y la estética se terminó decantando sola. Ahora volvimos al arte pop; a lo brilloso, a lo psicodélico. Medio Abba. En realidad, somos lo que limpiamos la casa a Abba”, redondea Juliana Gattas, en alusión a la estética general de Magistral, donde se alude al detergente homónimo.

july Gattas: “El disco no tiene nada raro.Cumplimos 10 años y este disco, por su frescura, parece el primero, sólo que está perfeccionado con las cosas que nos fueron pasando en ese tiempo. Las canciones lentas me llegan muchísimo, sus letras son desgarradoras. Y las bailables son re gancheras”. “Es extremista el disco”, apunta escueto Monoto.

“Nunca sentimos presión, y menos en los momentos clisé para sentirla”, dispara Gattas. “Nos relajamos siempre y así podemos disfrutarnos. Siempre tenemos una visión alternativa de ese proceso que supone que te debés poner tenso porque conseguiste algo. Cuando lográs el apoyo de mucha gente, nos relajamos. ¿No es mejor así?”, redondea la vocalista. “Seguimos disfrutando de grabar, dar shows en vivo, girar. El objetivo siempre fue divertirnos, mientras eso pase…”, concluye Monoto.

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